Dios nos muestra en Números 20:14-21 el momento en el
que Edom se rehúsa a dar paso a Israel en su camino a la tierra prometida así: “Envió Moisés embajadores al rey de Edom
desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el
trabajo que nos ha venido; cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y
estuvimos en Egipto largo tiempo, y los egipcios nos maltrataron, y a nuestros
padres; y clamamos a Jehová, el cual oyó
nuestra voz, y envió un ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en
Cades, ciudad cercana a tus fronteras. Te
rogamos que pasemos por tu tierra. No pasaremos por labranza, ni por viña,
ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra
ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu territorio. Edom le respondió: No pasarás por mi país; de otra manera, saldré
contra ti armado. Y los hijos de Israel dijeron: Por el camino principal
iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas;
déjame solamente pasar a pie, nada más. Pero
él respondió: No pasarás. Y salió Edom contra él con mucho pueblo, y mano
fuerte. No quiso, pues, Edom dejar pasar a Israel por su territorio, y se
desvió Israel de él.”
La misión diplomática
En Números 20:14-16 Moisés envía embajadores en una
misión diplomática desde la ciudad de Cades hasta el territorio de Edom, el
cual recibe su nombre de Esaú hermano de Jacob (futuro Israel), recordemos Génesis
25:29-34: “Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo
a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy
cansado. Por tanto fue llamado su nombre
Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces
dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la
primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a
Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las
lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.”; la ubicación de esta
tierra es el sureste de Israel, es un territorio montañoso que se extiende
desde el mar Muerto hasta el mar Rojo. En el relato del encargo de Moisés es la
primera vez en la Biblia que el Señor menciona la palabra “embajadores” y estos diplomáticos representaban a Israel ante la
suprema autoridad de los descendientes de Esaú.
Los requerimientos de Israel
Los embajadores presentaron dos requerimientos en nombre de
Israel ante el rey de Edom, estos fueron en su orden.
El primer requerimiento es el descrito en Números 20:17,
los embajadores israelitas solicitan atravesar el camino real como una
servidumbre de paso a naturaleza gratuita a manera de ruego.
El segundo requerimiento es el descrito Números 20:19,
los embajadores israelitas reiteran la solicitud de atravesar el camino real y
esta vez pagarán por pasar por en medio del territorio.
Se presenta una diferencia entre las dos peticiones de los
embajadores y es la de llegar a ofrecer dinero para poder hacer la travesía de
Israel hacia su destino final.
Las respuestas de Edom
Ante los requerimientos de los embajadores israelitas, el
rey de Edom tuvo dos respuestas.
La primera respuesta fue agreste y desafiante contra su
pueblo hermano Israel y es la contenida en Números 20:18 negando el paso
al pueblo de advirtiendo el uso de la fuerza contra ellos.
La segunda respuesta fue igual de contunden e involucró no
una promesa de guerra como se nos enseña en Números 20:20 sino el envío
de tropas para enfrentar a Israel.
La consecuencia
El resultado de la negativa de Edom y la afrenta militar fue
nefasto para el pueblo de Israel como concluye Números 20:21 y consistió
en el desvió total en búsqueda de otra forma de arribar a la meta final, derivación
en el plan de avance que se tradujo en perdida del esfuerzo realizado, tiempo y
recursos. Siendo triste saber que la nación que obstruyó el paso al pueblo de
Dios fue una nación hermana proveniente del mismo tronco de Isaac.
Jóvenes, nuestra meta es “Colombia para Cristo”, en medio del mundo podemos ver frustrado
nuestro avance porque autoridades terrenales públicas o privadas nos impiden
aún con el ejercicio de la violencia nuestro caminar hacia la meta del
predicación total del evangelio en el territorio colombiano y de otra parte
mitigar nuestro recorrido hacia la consagración y santificación en Jesús.
Finalmente las rivalidades entre hermanos pueden prolongarse durante muchos
años y traer malas consecuencias a la unidad del cuerpo de la fe.
¡Feliz 2015!
2 comentarios:
Gracias
=(
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