En Lucas 7:1-10, vemos una lección impresionante en cuanto al entender
cuál es nuestra posición delante del Señor.
Jesús entra en Capernaum y en este territorio se encuentra un centurión
quien tiene a uno de sus siervos (a
quien quería mucho) enfermo y a punto de morir.
Unos ancianos de entre los judíos van a donde el Señor Jesús y le
dicen en el vs. 4:
“Es digno (hablando del centurión) que le concedas esto”. Y seguido
dan sus argumentos. El ama a nuestra nación y nos ha edificado una sinagoga.
Jesús los escucha y va a donde este hombre quien al saber que viene le envía a un
amigo diciéndole:
“Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo”
Que impresionante. Que actitud. Que entendimiento. La gente decía de
este centurión que era digno de…
El centurión decía de si mismo: No soy digno ni aun de que entres bajo
mi techo. Que lección en cuanto a entender nuestra posición delante del Señor.
No somos dignos. Nuestra dignidad la encontramos en la cruz del
calvario, y el en Hijo de Dios derramando hasta su última gota de sangre por
amor a cada uno de nosotros. Hombres perversos y malos. Llenos de pecado.
Dice el vs. 9 que Jesús se maravilló de él y dijo: Ni aun en Israel,
he hallado tanta fe. Y el siervo amado de su centurión fue hallado sano.
ES DIGNO… NO SOY DIGNO --- Déjame masticarlo…
Un abrazo y nos vemos mañana,
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