Una vez alguien me hablo acerca de la historia que hoy vamos a tratar y creo con todo mi corazón que el mayor peligro de un hijo de Dios, como me dijo este hombre, es que no saque su espada, no la use en el momento adecuado, en la ocasión que se requiere, dispuesto a dar la puntada final con su espada, que es la palabra de Dios.
Esta historia la encontramos en el libro de los Jueces en tiempos en que Gedeón era juez en Israel y perseguía a dos reyes madianitas que los oprimieron por muchos años y con Gedeón Dios entregó a este pueblo en sus manos y los tenía frente a frente y dijo a su hijo primogenito que los matara y pasa lo siguiente: Jueces 8: 20 "Y dijo a Jeter su primogenito: Levántate, y mátalos. Pero el joven no desenvaino su espada, porque tenía temor, pues era aún muchacho"
Era el momento de usar su espada pero no la desenvainó, no la usó, la dejó guardada, tuvo temor porque era muy joven. Yo no se cuantas veces en mi vida me he sentido avergonzado delante de Dios por no usar mi espada y no hay excusas que valgan, Dios nos equipa con esta arma para que le demos uso y para esto es necesario conocerla bien, adiestrarnos en ella, como aquellos hombres valerosos que sus espadas se quedaban pegadas a sus manos, eran parte de ellos y se apegaban a ella.
2 Timoteo 2: 15 "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad."
Es el desafío que hoy Dios nos quiere hacer que no seamos como Jeter sino que echemos mano de ese Espíritu de poder, de amor y de dominio propio para procurar con diligencia usar bien la palabra de verdad, sin temor, sin verguenza, sin excusas.
Seamos diligentes en buscar a Dios desde temprano en su palabra, discipulémonos con disciplina, aprovechemos cada espacio que tengamos donde nos expongan claramente la palabra de Dios, reuniones de jovenes, los domingos en la congregación, con las damas, etc..., enseñémosla, evangelicemos, practiquemos, USEMOS BIEN LA ESPADA.
Un abrazo.
1 comentario:
muchas gracias, muy buen desafio para nuestras vidas
Publicar un comentario