Los creyentes sin dudas
Vamos a ver dos ejemplos de creyentes que no
dudaron jamás de la resurrección de Jesús
El caso de María Magdalena
En los versículo 9 se describe que: “Habiendo,
pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció
primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios.”; la
actitud de María Magdalena fue de plena credulidad con el afán de ir a revelar
la verdad de lo acontecido como se muestra en el versículo 10: “Yendo ella, lo
hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando.”
El caso de los dos discípulos
En el versículo 12 se narra: “Pero después
apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo.”; así
como en el caso de María Magdalena estos dos discípulos creyeron y buscaron a
otros para contar la verdad como se establecer en el versículo 13a: “Ellos
fueron y lo hicieron saber a los otros;…”.
Los creyentes con dudas
De forma antagónica vamos a ver como los que
estaban con Cristo dudaron de su resurrección.
Cuando María Magdalena buscó a los que habían
estado con Jesús para hacer saber sobre la resurrección y esta fue su reacción
como se relata en el versículo 11: “Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había
sido visto por ella, no lo creyeron.”; aún después de haber estado con Cristo no
creían en lo que ella les contaba. Idénticamente sucedió frente a la narración
de los con los dos discípulos como se corrobora en el versículo 13: “Ellos
fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.”, nuevamente
una actitud de duda y vacilación.
El reproche de la incredulidad
Es Dios mismo quien después de haber resucitado se
presenta a sus discípulos y sanciona la falta de fe de quienes dicen creerle y
dudan de su palabra, de sus hechos y de su verdad como está escrito en el
versículo 14 “Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados
a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían
creído a los que le habían visto resucitado.”
Jóvenes jamás tengamos una actitud de incredulidad
y dureza de corazón frente a las promesas de Dios y la verdad descrita en la
Biblia, el mundo está lleno de escépticos y aún a nuestro lado podemos convivir
con creyentes “no creyentes”, no nos desanimemos y sigamos adelante con nuestra
misión y deber cristianos llevando la luz en medio de la oscuridad.
Finalmente recordemos algunos pasajes apropiados
para concluir esta entrada en torno a la resurrección:
Tenemos la garantía de nuestra vida después de la
muerte, Juan 11:25: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.”
Es pieza fundamental de nuestra fe I de
Corintios 15:13-14: “Porque si no hay resurrección de muertos,
tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra
predicación, vana es también vuestra fe.”
Nuestro Padre Celestial actuará con nosotros como con
nuestro Salvador, II de Corintios 4:14: “… sabiendo que el
que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos
presentará juntamente con vosotros.”
1 comentario:
¡ Que binita reflexión !. Gracias :)
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