Lástima que sigamos siendo necios, y que no valoremos la GRANDEZA de la Palabra de Dios y el privilegio de poderla conocer, interiorizar y vivir. La Sabiduría y la inteligencia basados en el temor del Señor y en el apartarnos del mal valen más que todo el oro y la plata, son el mayor tesoro que un ser humano pueda adquirir. Así nos lo muestra el salmista en Pro 16:16-24 :
16
Mejor es adquirir sabiduría
que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata. 17
El camino de los rectos se aparta del mal; Su vida guarda el que guarda su
camino. 18 Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la
caída la altivez de espíritu. 19 Mejor es humillar el espíritu con
los humildes Que repartir despojos con los soberbios. 20 El
entendido en la palabra hallará el bien, Y el que confía en Jehová es
bienaventurado. 21 El sabio de corazón es llamado prudente, Y la
dulzura de labios aumenta el saber. 22 Manantial de vida es el
entendimiento al que lo posee; Mas la erudición de los necios es necedad. 23
El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade gracia a sus labios. 24
Panal de miel son los dichos suaves; Suavidad al alma y medicina para los
huesos.
Si realmente
nuestras vidas están basadas en la sabiduría de Dios y si nuestros pasos están
guiados por sus mandamientos, nos apartaremos del mal, nuestras vidas deben ser
un reflejo de la HUMILDAD de JESÚS.
Día a día Dios nos sigue enseñando sobre la humildad y el orgullo. Cuando nos dejamos llevar por la soberbia, siempre terminaremos quebrantados, arrepentidos, adoloridos, avergonzados, delante de Dios y delante de los hombres.
Siempre que nos dejamos llevar por la altivez y la prepotencia terminamos cayendo y siendo avergonzados. Dios quiere que desaparezca de nuestras vidas el orgullo, que aprendamos a escuchar al sabio, que seamos humildes de corazón, que sigamos el ejemplo de su Hijo Jesucristo, siendo mansos y humildes de corazón. Es algo que debe retumbar a cada momento en nuestros corazones.
Nuestras palabras siempre deben ser dichas con dulzura, basadas en nuestro entendimiento de la Palabra de Dios y en la Sabiduría de Dios. Si somos sabios debemos meditar profundamente en las palabras que vamos a decir, a fin de hablar con gracia, con la verdad, con suavidad, con la plena certeza de que realmente harán el buen efecto que deben hacer.
Hay varios Mandamientos a tener cuenta en este pasaje :
Ø Aferrarnos al temor del Señor para ser verdaderamente sabios.
Ø Ser inteligentes apartándonos del mal.
Ø Guardar nuestras vidas adquiriendo sabiduría e Inteligencia para llevar una vida humilde, semejante al Señor Jesús.
Ø No dejarnos llevar por la soberbia para no ser quebrantados.
Ø No dejar que nuestro espíritu se enaltezca para no seguir de caída en caída.
Ø Ser mansos y humildes de corazón, eso es lo que el Señor quiere de nosotros.
Día a día Dios nos sigue enseñando sobre la humildad y el orgullo. Cuando nos dejamos llevar por la soberbia, siempre terminaremos quebrantados, arrepentidos, adoloridos, avergonzados, delante de Dios y delante de los hombres.
Siempre que nos dejamos llevar por la altivez y la prepotencia terminamos cayendo y siendo avergonzados. Dios quiere que desaparezca de nuestras vidas el orgullo, que aprendamos a escuchar al sabio, que seamos humildes de corazón, que sigamos el ejemplo de su Hijo Jesucristo, siendo mansos y humildes de corazón. Es algo que debe retumbar a cada momento en nuestros corazones.
Nuestras palabras siempre deben ser dichas con dulzura, basadas en nuestro entendimiento de la Palabra de Dios y en la Sabiduría de Dios. Si somos sabios debemos meditar profundamente en las palabras que vamos a decir, a fin de hablar con gracia, con la verdad, con suavidad, con la plena certeza de que realmente harán el buen efecto que deben hacer.
Hay varios Mandamientos a tener cuenta en este pasaje :
Ø Aferrarnos al temor del Señor para ser verdaderamente sabios.
Ø Ser inteligentes apartándonos del mal.
Ø Guardar nuestras vidas adquiriendo sabiduría e Inteligencia para llevar una vida humilde, semejante al Señor Jesús.
Ø No dejarnos llevar por la soberbia para no ser quebrantados.
Ø No dejar que nuestro espíritu se enaltezca para no seguir de caída en caída.
Ø Ser mansos y humildes de corazón, eso es lo que el Señor quiere de nosotros.
Ø
Humillar el
espíritu con los humildes.
Ø Entender y confiar plenamente en la Palabra de Dios.
Ø Mis palabras deben ser dulces fruto de un corazón sabio y prudente.
Ø Desear fervientemente el entendimiento de la Palabra de Dios, el cual es manantial de vida.
Ø Ser prudente con cada una de mis palabras, añadiendo gracia a mis labios.
Ø Mis dichos deben ser suaves, de tal manera que basados en la Palabra de Dios penetren hasta lo más profundo de cada corazón.
¡¡¡ Abandona el ORGULLO y enamórate de la HUMILDAD siempre !!!
Ø Entender y confiar plenamente en la Palabra de Dios.
Ø Mis palabras deben ser dulces fruto de un corazón sabio y prudente.
Ø Desear fervientemente el entendimiento de la Palabra de Dios, el cual es manantial de vida.
Ø Ser prudente con cada una de mis palabras, añadiendo gracia a mis labios.
Ø Mis dichos deben ser suaves, de tal manera que basados en la Palabra de Dios penetren hasta lo más profundo de cada corazón.
¡¡¡ Abandona el ORGULLO y enamórate de la HUMILDAD siempre !!!
1 comentario:
Gracias por esta hermosa reflexión para cerrar esta semana de arduo trabajo, a veces nos pasa que nos aferramos a lo material y nos creemos pequeños dioses porque tenemos algo de conocimiento humano y dejamos a un lado lo que de verdad nos deberia importar, gracias a nuestro Señor Jesucristo podemos cada día aniquilar este mal caracter que nos destruye.
Gracias a todos los miembros de la Familia La Biblia Dice, desde Arauca un saludo muy fraternal de la Familia Sánchez Ramírez
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