SALMO 123
"1 A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos. 2 He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia de nosotros. 3 Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros, Porque estamos muy hastiados de menosprecio. 4 Hastiada está nuestra alma Del escarnio de los que están en holgura, Y del menosprecio de los soberbios".
El domingo pasado, Dios resaltó este pasaje de su Palabra en mi corazón.
Desde que nací entendí el menosprecio de mi papá por la familia, quien nos dejó cuando yo tenía dos años y mi hermana seis años de edad. No obstante, desde que soy cristiano, he entendido con mayor claridad, el amor de nuestro Padre Dios y así mismo el significado de ser menospreciado por alguien.
Recién recibí al Señor Jesús en enero de 2004, el primer menosprecio que tuve fue el de mi hermana en la carne, a quien amo y le he compartido de Jesús, igualmente de mis tías, a quienes amo y les he compartido de Jesús y aún de mi mamá, a quien amo, quien hoy día es salva en Cristo Jesús.
Mis amigos, los que llamaba amigos de rumba, me menospreciaron… Hoy pienso en ellos con tristeza por sus almas y oro por ellos y doy gracias a Dios porque no sé donde estaría si hubiese seguido con la vida desordenada y vacía en la que vivía.
Actualmente y en cada andar de la vida cristiana, he sentido el menosprecio de alguien, por el hecho de ser cristiano. No quiero parecer víctima, si eres creyente en Jesús me entiendes, es simplemente un testimonio del cumplimiento de la Palabra de Dios en nosotros. No obstante, esto que comparto de mi vida o lo que cada uno de nosotros podemos compartir de sus testimonios, no se compara con el menosprecio que han tenido que sufrir varones grandes de Dios como el apóstol Pablo o el mismo Señor Jesucristo.
Pienso además en Esteban y tantos misioneros muertos literalmente, quemados, apedreados, por el menosprecio de personas que no quieren saber nada de Jesús, como ha ocurrido en países como India, Afganistán, entre otros.
El día de hoy Dios nos recuerda como nos enseñaba el domingo en la iglesia, que nuestra mira debe estar puesta en EL, en sus cosas, en su Palabra, en las almas de los hombres, en las cosas de arriba y no en un enfoque terrenal. Que tener nuestra mira en EL nos protege del menosprecio de la gente que no nos quiere por el hecho de ser cristianos.
Que Dios nos cuide de menospreciarnos entre nosotros, que Dios nos perdone porque muchas veces nos hemos menospreciado también.
Que tengas un día lleno del Señor!
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