jueves, 8 de marzo de 2012
SOPORTANDO LA TENTACIÓN
"Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. - Santiago 1:12."
Decir que no luchamos con ciertas áreas (pecados) en la vida sería contradecir lo que la Biblia misma nos enseña. Ni tú ni yo podemos afirmar de manera categórica que no pecamos o aún siquiera dar indicios de que no luchamos contra el pecado.
La tentación es algo de todos los días en tu vida y en la mía. El tentador (que por cierto nada tiene que ver con un Dios Justo y Santo), està acechando tras nosotros buscando los momentos precisos para lanzarnos su mejor carnada; sin embargo, hay una promesa esperanzadora de parte de Dios para nosotros sus hijos.
"Dios no nos dejará ser tentados más de lo que podemos resistir. Sino que nos dará juntamente con la tentación la salida para que podamos soportar - 1 Corintios 10:13."
Piensa en esto por un momento. De parte de Dios tenemos garantizado el hecho de que sea cual sea la tentación que llegue a nuestra vida, en El Señor estamos en la capacidad de rechazarla y vencerla completamente. Nuestro pasaje del encabezado nos recuerda que somos bienaventurados cuando soportamos la tentación. Cuando resistimos la prueba. Cuando decimos no a esas cosas que de manera clara van en contra de la naturaleza de Dios.
El Buen Señor nos promete la corona de vida. Corona que será dada a aquellos que aman a Dios y que como consecuencia de ese amor genuino han llegado a guardar sus mandamientos.
"Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. - Santiago 1:12-15."
No culpemos a Dios de nuestras malas decisiones. El no tiene culpa alguna en este ni en otro asunto de la vida. Tu y yo pecamos porque por voluntad propia hacemos caso a los deseos de nuestra carne, la cual siempre termina causándonos daño (en algunos casos, irreparable) logrando así el objetivo de nuestro enemigo el diablo.
Esta tarde queremos animarte a que evalúes muy bien en que áreas de tu vida estás cediendo al pecado con frecuencia. Tu y yo lo sabemos muy bien. No nos podemos engañar con este asunto. Es tan clara la amargura en nuestra alma cada vez que caemos que no podemos ocultar lo que es tan evidente.
Evalúa tu relación con tus padres. Los obedeces? Los honras?
Evalúa tu relación con tus hermanos. Los amas? Eres ejemplo para ellos en cada área de la vida?
Evalúa tu relación con tus jefes. Les sirves como a Cristo? Tu trabajo deja en alto el nombre de tú Dios?
Evalúa tu relación con tu pareja. Están pasando los límites sexuales que Dios ha establecido? Estas en fornicación? Ayudas a tu pareja a ser santa así como Dios es Santo? Ve la gente a Dios en medio de esa relación?
Evalùa tu relaciòn con Dios. Estàs conectado con Èl de manera ìntima en tu diario caminar? Es El Señor la prioridad de tu vida? Te esfuerzas en Èl para obedecer a Su Palabra?
Evalúemos nuestras vidas y tomemos decisiones a tiempo. No permitamos que el pecado arruine la vida abundante y preciosa que Dios ha preparado para sus hijos.
Un abrazo y nos vemos mañana,
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