lunes, 19 de septiembre de 2011

DE JEHOVÁ ES LA TIERRA Y SU PLENITUD

(Salmos 24:1) “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan”

La semana pasada tuve la oportunidad de dictar en dos ocasiones la lección del discipulado sobre nuestra responsabilidad como mayordomos de Dios. Y Dios por medio de ella me recordó como todo lo que existe y todo lo que tenemos le pertenece a El. Nosotros somos unos simples administradores de esas cosas, que El por su infinita misericordia nos ha regalado.

La verdad creo que una de las áreas que más le cuesta entender al creyente. Es muy común escuchar a hermanos decir, “Mi carro”, “Mi casa”, “Mi dinero”, y se nos olvida que son su carro, su casa y su dinero, que estamos administrando. Si Dios así lo decidiera, en un minuto, te puede dejar sin absolutamente nada., como sucedió con Job.

(Hageo 2:8) “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos”

Aún hay un área más en la que debemos entender que nada es nuestro, y es nuestra familia, especialmente los hijos. Nuestros hijos, son de Dios, y tenemos el compromiso de amarlos y educarlos hasta el día que Dios lo disponga. Recuerdo hace unos meses el testimonio de uno de mis pastores, que decía que su mayor lucha durante años fue entender que sus hijos le pertenecían a Dios, y que el día que el decidiera se los llevaría. Contaba este hombre que un día lo entendió y se quitó un peso de encima y ahora vive confiando en que Dios los cuidará.

Tal vez hoy en día está luchando con entender esto. Tal vez luchas con desprenderte de tus posesiones y entregarlas a Dios. Hoy te animo a que entiendas que Dios te va a entregar durante tu vida muchas cosas para que administres, cosas por las cuales el día que estés frente a El te va a preguntar como las administraste.

(1 Corintios 4:2) “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”

Que bueno que ese día puedas mirar a Dios y escuchar de el “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonita exhortacion gracias:)