¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad. Miqueas 2:1-2.
Entre más conozco al hombre, más quiero a mi perro. Creo que en algún momento de tu vida has parafraseado, escuchado o pensado en esta frase. El mundo está infestado de personas que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal. Personas que cuando llega la mañana ejecutan todo el mal pensado, debido al poder (por cierto, temporal) que tienen en su mano.
La semana pasada los colombianos tuvimos noticia tras noticia sobre el carrusel de contratos que se firmaron en los últimos días de nuestro gobierno pasado. Fue sorprendente para nosotros y más para los directamente involucrados (al verse expuestos a la luz pública), ver las cifras astronómicas de algunos de estos contratos que dentro de la lógica de la ley no debieron haber sido firmados.
Hombres que codician las heredades y las roban, que codician las casas y las toman. Hombres que oprimen a otros hombres que se encuentran bajo su autoridad y gobierno.
Me sorprende lo tontos que a veces llegan a ser estos hombres al pensar que sus negocios viles jamás van a ser descubiertos. Algunos pasarán desapercibidos mientras que otros tendrán que dar cuenta a las autoridades humanas. Pero tanto los unos como los otros van tener que rendir cuenta ante aquel que hará justicia una vez y para siempre.
¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad. Miqueas 2:1-2.
Ay de ellos. Ay de ellos. Y Ay de ellos. Dios finalmente hará justicia, aun cuando el mundo entero cree que se saldrá con la suya.
Nos vemos mañana,
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