Estos tres gigantes “poderosos”, llegaron a la vida de dos hombres que lo tenían todo para vivir continuamente honrando a su Señor. Joel y Abías, hijos de Samuel; permitieron que estos pecados tomaran posesión de sus vidas y los arrastraran tras ellos. Léelo tu mismo…
“1Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. 2Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. 3Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.”
1 Samuel 8:1-2-
Estos son (tan solo), unos de los problemas más grandes que enfrenta nuestra sociedad en estos días. La avaricia, el soborno y la perversión del derecho. El hombre moderno, así como los antiguos; ha permitido que el amor por las cosas materiales tome un lugar tan alto e importante en su vida, que lo ha llevado a cometer todo tipo de perversiones con tal de satisfacer su sed de dinero.
Miremos a nuestro alrededor. El mundo entero anda en un afán desmedido por obtener cada vez más y más riquezas sin importar los medios utilizados para obtenerlas. Me atrevo a afirmar que un alto porcentaje de funcionarios públicos en Colombia, y en nuestra amada Santander; ya tienen manchadas sus conciencias, untadas sus manos y repletos sus bolsillos por actuaciones dadas por fuera del marco de la Ley. Eso se llama avaricia, soborno y perversión de la ley. Eso ofende a Nuestro Dios y destruye nuestras vidas. ¿Hacemos nosotros parte de estos ciudadanos que hemos defraudado a Dios, al estado y a nuestras conciencias?
Para no ir tan lejos mira a los agentes de tránsito. Aquellos que presumen de su autoridad moral pero que venden sus conciencias y los recursos públicos por cuanto billete les sea ofrecido. ¿Has hecho tu parte de aquellos que compran la autoridad aun siendo conciente de la infracción cometida?
Evaluemos el sistema judicial de nuestro país. Que triste que aquellos encargados de impartir justicia, se aprovechen de su condición para enriquecerse a costa de los ciudadanos de bien. Si quieres que un proceso te salga mas rápido de lo normal o no se demora más de lo que se debe demorar; basta cierta cantidad de dinero para que estos que imparten “justicia” hagan el trabajo que sin este tipo de pagos deberían realizar.
La lista es interminable. Te animo a estudiar la vida de estos dos hombres que vendieron sus conciencias a la avaricia, el soborno y la perversión del derecho. Una vez las estudies te darás cuenta que no quedará aliento alguno para que hagas lo mismo.
6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
1 Timoteo 6:6-10
Nos vemos mañana,
“1Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. 2Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. 3Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.”
1 Samuel 8:1-2-
Estos son (tan solo), unos de los problemas más grandes que enfrenta nuestra sociedad en estos días. La avaricia, el soborno y la perversión del derecho. El hombre moderno, así como los antiguos; ha permitido que el amor por las cosas materiales tome un lugar tan alto e importante en su vida, que lo ha llevado a cometer todo tipo de perversiones con tal de satisfacer su sed de dinero.
Miremos a nuestro alrededor. El mundo entero anda en un afán desmedido por obtener cada vez más y más riquezas sin importar los medios utilizados para obtenerlas. Me atrevo a afirmar que un alto porcentaje de funcionarios públicos en Colombia, y en nuestra amada Santander; ya tienen manchadas sus conciencias, untadas sus manos y repletos sus bolsillos por actuaciones dadas por fuera del marco de la Ley. Eso se llama avaricia, soborno y perversión de la ley. Eso ofende a Nuestro Dios y destruye nuestras vidas. ¿Hacemos nosotros parte de estos ciudadanos que hemos defraudado a Dios, al estado y a nuestras conciencias?
Para no ir tan lejos mira a los agentes de tránsito. Aquellos que presumen de su autoridad moral pero que venden sus conciencias y los recursos públicos por cuanto billete les sea ofrecido. ¿Has hecho tu parte de aquellos que compran la autoridad aun siendo conciente de la infracción cometida?
Evaluemos el sistema judicial de nuestro país. Que triste que aquellos encargados de impartir justicia, se aprovechen de su condición para enriquecerse a costa de los ciudadanos de bien. Si quieres que un proceso te salga mas rápido de lo normal o no se demora más de lo que se debe demorar; basta cierta cantidad de dinero para que estos que imparten “justicia” hagan el trabajo que sin este tipo de pagos deberían realizar.
La lista es interminable. Te animo a estudiar la vida de estos dos hombres que vendieron sus conciencias a la avaricia, el soborno y la perversión del derecho. Una vez las estudies te darás cuenta que no quedará aliento alguno para que hagas lo mismo.
6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
1 Timoteo 6:6-10
Nos vemos mañana,
5 comentarios:
Todo ser humano piensa en su bienestar y es por eso que caemos en esa avaricia, en el soborno y en la pervesion de derecho;lo triste es que le fallamos a Dios de esa manera.
Gracias por el mensaje.
Esta bien que pensemos en nuestro bienestar, pero eso no es razón para que caigamos en este tipo de cosas. Nuestro bienestar se encuentra en El Señor. Gracias también por el mensaje.
Lo importante no es el TENER sino el SER...sobretodo para nosotros los hijos de Dios. Que buenas columnas las de ayer y hoy....no dejen morir el blog...por fa!!!!
El ser humano si piensa en su bienestar, es claro que el hijo de Dios debe depender totalmente de su Padre Celestial y confiar en que El va a suplir sus necesidades, pero la idea del comentario "1" es que el mundo piensa en su bienestar y es egoísta por eso cae en esas cosas que no le agradan a Dios.
Gracias.
El ser humano si piensa en su bienestar, es claro que el hijo de Dios debe depender totalmente de su Padre Celestial y confiar en que El va a suplir sus necesidades, pero la idea del comentario "1" es que el mundo piensa en su bienestar y es egoísta por eso cae en esas cosas que no le agradan a Dios.
Gracias.
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