miércoles, 24 de febrero de 2010
DIOS EXALTADO - EL HOMBRE HUMILLADO
Dios y solo Dios merece la honra debida a su Nombre. En repetidas ocasiones la Palabra del Señor nos insta a hacer todo en nuestra vida para la gloria de Dios. Uno de tantos pasajes lo encontramos en 1 Corintios 10:31… “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.”
¿Eres de los que esperan reconocimiento y gloria por cada cosa que haces? ¿Crees que eres tan bueno en lo que haces que la gente debe rendirte pleitesía? ¿Te crees el mejor predicador, el mejor maestro, el más brillante de los profesionales, el más amoroso de los esposos, etc.; y esperas que todo el mundo lo reconozca?
Si tu respuesta es positiva, te animo a leer el capítulo 7 del libro de Jueces. Aún si es negativa o tiene tanto de lo uno como de lo otro, esta pasaje esta diseñado para ti, al igual que (sin lugar a duda) para mi.
Israel está a punto de salir a la guerra contra el ejército de Madián. En este preciso instante, el pueblo escogido de Dios cuenta con un ejército de 32.000 hombres (imagínate el estadio de Bucaramanga a reventar y un poco más). Un ejército sin duda alguna bastante poderoso, Léelo tu mismo…
Jueces 7:2-3 – “2Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, NO SEA QUE SE ALABE ISRAEL CONTRA MÍ, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.”
Como ves, un ejército de 32.000 hombres armados, se redujo en cuestión de un día a un ejército de 10.000 soldados. Humanamente Israel podría pensar que ahora sería más difícil ganar la batalla contra las madianitas. La tercera parte tan solo ahora estaba en pie de guerra. Sigamos leyendo…
Jueces 7:4-8 – “4Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. 7Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. 8Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.” -
Increíble. Creo que ya estas pensando lo mismo que yo. El Señor quiere hacer algo grande. Algo salido de las proporciones normales. Algo inalcanzable para la mente humana. Acaba de reducir un ejército de 32.000 soldados a tan solo 300 hombres de guerra, y con estos 300 escogidos Dios mismo va a derrotar a un ejército en apariencia mucho más poderoso que el de Israel. Sigamos leyendo…
Jueces 7:13-15 – “13Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. 14Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. 15Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.”
¿Sabes algo? Dios es el único digno de recibir la gloria y la honra. El corazón del hombre esta inclinado a la vanagloria, por eso el mismo Señor reduce el número de soldados para demostrar que la victoria proviene de Él y tan solo de Él.
Lo que ellos pensaban hacer con 32.000 hombres Dios lo hizo con 300.
Todo lo que sucede en nuestra vida, nuestros dones, nuestras aptitudes, nuestros logros, nuestros… ; no son tan nuestros. Todo esto proviene de Dios. La gloria siempre será para él. Bien dijo el apóstol Pablo cuando afirmó que todo lo que el era no provenía de él si no de la gracia del Señor en su propia vida.
Nos vemos mañana,
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
=$
Hola anónimo. ¿Me puedes decir que significa ese simbolo? Solo curiosidad.
Un abrazo,
Javier.
Publicar un comentario