El viernes por la tarde, a punto de cerrar la semana laboral; me llevé un susto de magnitudes gigantescas por un descuido que tuve al momento de elaborar una copia de seguridad. Es costumbre o disciplina (como lo quieras llamar), que terminando semana dedique por lo menos media hora a hacer backup del trabajo realizado durante la misma, pero esta vez antes de hacerlo borré todas las copias que tenía anteriormente con el propósito de dejar esta copia como única y totalmente actualizada. No soy ingeniero y tampoco conozco mucho acerca del funcionamiento de equipos de computo; sin embargo tomo mis precauciones y hago lo que esta a mi alcance para contar de manera fiel con esa copia que refleja de alguna manera, el trabajo realizado durante estos cerca de 3 años. Honestamente no se que sucedió. Creo que las rutas se cruzaron por unos cambios de posición que hice a última hora, y esto causó que despúes de hacer la copia, ninguno de los archivos me abriera tanto en mi equipo como en la copia que había realizado.
Tengo que ser honesto contigo. La sangre se me subió a la cabeza, el corazón empezó a latir a mil por hora y el estrés y la angustia empezaron a apoderarse de mi de manera gradual. Los archivos de tres años estaban a punto de colapsar, si es que ya no lo habían hecho. Por fortuna tenía la esperanza de tener una copia en el computador portatíl, la cual sería mi salvavidas y en efecto lo fue. La información perdida finalmente no fue mucha, pero el susto créeme que si lo fue. !Gracias a Dios por los computadores portátiles¡
3 años de trabajo constante por nada y se van a la basura. No se si lo veas como yo, pero en mi profesión los papeles de trabajo son el soporte de todo. Las entidades de control (...), encuentran toda la confianza en ellos. Gracias a Dios esto no pasó a mayores. ¿Te puedes imaginar donde esta información se hubiera perdido? Bueno, El fruto de estos años se habría perdido en un instante.
Esta mañana te animo a ver esto desde el plano espiritual.
Como creyentes, algunas veces nos acostumbramos a vivir de nuestros recuerdos de hace años en el Señor. Pensamos en la forma como compartiamos el evangelio una vez aceptamos a Jesucristo (Hasta a los árboles y animales les hablábamos), en como madrugábamos sin falta a escuchar la voz de Dios, en como orábamos incansablemente por diferentes área de nuestra vida y de la vida de otras pesonas, en como servíamos en uno u otro ministerio de manera incansable, y en como lo dábamos todo en medio de ese primer amor.
Es bueno recordar estos buenos momentos, pero no podemos vivir tan solo de recuerdos. Debemos hacer copias de seguridad en el Señor de manera constante. No creas la mentira del diablo de que ya has hecho mucho y que con eso es suficiente para llegar delante de tu Padre. ¿Sabes? Si esa información se hubiera perdido, literalmente hubiese quedado sin defensa alguna que soportase mi trabajo. Por eso mi disciplina en cuanto a estas copias. En el señor sucede exactamente igual. El desea que seamos fieles hasta la muerte y lo demos todo por Aquel que nos amó y lo dió todo por nosotros. Tenemos toda una vida por delante para prepararnos para el encuentro con Nuestro Señor. Que privilegio llegar delante de Él, recibir las coronas que Él ha prometido; para luego inclinarnos delante de Su presencia y ponerlas a Sus pies. Si crees que hasta hoy has hecho demasiado te animo a leer Lucas 17 y a tomar la firme determinación de convertirte en un siervo util del Señor. No vivamos de las experiencias pasadas, mas bien desafiémonos con las experiencias presentes y futuras.
Lucas 17:7-10 - ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no.
Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
2 Corintios 5:10 - Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
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