Vamos
a detenernos en una parte de la canción de David contenida en Salmos cuarenta
que habla sobre el poder de Dios actuando en nuestras vidas.
SALMOS 40:1-3
“Pacientemente
esperé a Jehová,
Y se
inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso;
Puso
mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
Puso
luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán
esto muchos, y temerán,
Y
confiarán en Jehová.”
Estas
frases del rey David tienen diferentes aplicaciones a nuestra vida, de una
parte, son un cuadro de la salvación, por otra, un ejemplo de la misericordia
de Dios que nos rescata en las situaciones adversas de nuestra vida y nos restaura.
ESPERAR EN DIOS
Muchos
quisimos conocer la verdad y tener una relación con el Dios único y verdadero, estando
sumidos en las profundidades del pecado, manifestando nuestra intención de
salir del mundo. Una vez alcanzamos la salvación, confiamos en que él se acercará
a nosotros para ayudarnos cuando estemos pasando por alguna prueba o caigamos
en pecado.
Es un deseo de nuestro ser
Génesis
49:18
“Tu salvación esperé, oh Jehová.”
Salmos
33:20
“Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra
ayuda y nuestro escudo es él.”
Es nuestra esperanza en medio de
los problemas
Isaías
25:9
“Y
se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos
esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.”
Isaías
33:2
“Oh
Jehová, ten misericordia de nosotros, a
ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación.”
EL RESCATE
Cuando
no conocíamos de su hijo Jesucristo, Dios nos mostró el camino de la vida y nos
rescató de la inmundicia terrenal y el territorio de tinieblas gobernado por
Satanás. Después de conocerle también nos ayuda y tiende la mano para sacarnos del
hoyo profundo cuando sintamos la pérdida total de la esperanza.
Salmos
103:4
“El que rescata del hoyo tu vida,
El que
te corona de favores y misericordias;
Isaías
38:17
“He
aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, más a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras
tus espaldas todos mis pecados.”
LA RESTAURACIÓN
Con el
pecado original la humanidad fue destituida de toda gloria divina, solamente por
la obra de Cristo en la cruz se tendió un puente para que los creyentes en su
santo nombre podamos gozar de la condición de hijos celestiales. Sin embargo, después
de tener la salvación al pecar nuestra intimidad con Dios se rompe y se hace
necesario reparar esa relación rota y así volver a ponerla en el estado o
estimación tenía antes del pecado.
Cualquiera
que sea el caso, Dios nos renovará y como hombres nuevos debemos dar a conocer
esa restitución.
La restauración de la salvación
Jeremías
15:19
“Por
tanto, así dijo Jehová: Si te
convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares
lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te
conviertas a ellos.”
La restauración del pecado cometido después de la
salvación
Gálatas
6:1
“Hermanos,
si alguno fuere sorprendido en alguna
falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre,
considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.”
Hombres nuevos y cánticos nuevos
Efesios
2:1
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais
muertos en vuestros delitos y pecados,”
Isaías
42:10
“Cantad a Jehová un nuevo cántico, su
alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en
él, las costas y los moradores de ellas.”
EL TESTIMONIO AL MUNDO
Finalmente,
cualquiera que sea el caso, es nuestro deber dar a conocer al mundo nuestra salvación,
así como el soporte diario que Dios nos da.
I de
Corintios 10:31-32
“Si,
pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo
todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles,
ni a la iglesia de Dios;”
I de
Juan 5:11
“Y este es el testimonio: que Dios nos
ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”
Jóvenes,
pongamos nuestra esperanza en el Señor, cuando caigamos en el pecado confiemos
en el rescate y restauración que solamente él puede ofrecernos, y siempre
exaltemos el nombre de Jesucristo ante el mundo, especialmente en temporadas
del año como la que comienza mañana.
Nos
vemos esta tarde.
MAC
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