Dios nos da
instrucciones muy clara acerca de la forma cómo debemos tratar los problemas
entre hermanos: Primero uno a uno, cara a cara, luego con testigos, luego ante
la Iglesia. Cualquier cosa que hagamos en la tierra, tiene repercusiones
eternas.
15Por
tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere,
has ganado a tu hermano. 16Mas
si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o
tres testigos conste toda palabra. 17Si no los oyere a ellos, dilo
a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.18De
cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la
tierra, será desatado en el cielo. 19Otra vez os digo, que si
dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera
cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
20Porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. 21Entonces se le acercó Pedro y le
dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?
¿Hasta siete? 22Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta
setenta veces siete. - Mateo 18:15-22
Jovencitos nunca
perdamos en enfoque en las cosas eternas, nunca olvidemos por qué y para que
nos salvó nuestro Amado Señor. Él no
nos puso para generar más y más problemas a nuestro alrededor, Él nos ha puesto
para traer paz, para predicar el Evangelio, para hacer la tarea de trabajar por
las almas de los hombres. Sin embargo, el enemigo lo sabe y siempre tratará a
través de infiltrados de quitarnos la paz, de desenfocarnos a través de
problemas entre miembros de la misma Iglesia. Por eso, Dios nos da instrucciones
clara de cómo tratar cada caso, pero sin perder de vista la labor más
importante: PREDICAR EL EVANGELIO a toda criatura.
Si cumplimos
fielmente la tarea de predicar el Evangelio a toda criatura, habrá salvación y
gozo en el cielo, más si callamos o damos mal testimonio, generando más y más
problemas, también habrá personas privadas de ese gozo eterno. Cuando tenemos
PAZ y estamos plenamente de acuerdo en lo que pedimos a Dios y lo hacemos de
acuerdo a su Voluntad, estas cosas serán respondidas desde el cielo por nuestro
amado Padre.
Siempre que nos
reunamos en el nombre de Cristo, Él está en medio de nosotros dispuesto a ser
el mediador entre nosotros y nuestro Padre. No deben quedar dudas en cuanto al
perdón auténtico, debe ser un perdón de corazón como el de Dios, dispuestos aún
a entregar nuestras vidas por los que nos han ofendido, sea las veces que sea,
pensando solamente en la reconciliación a fin de que trabajemos en equipo por
lo que vale la pena: LAS ALMAS de los hombre y no los intereses personales y
egoístas de algunos.
Algunas
RECOMENDACIONES claves basadas en este pasaje tan profundo:
- Cuando
haya problemas entre hermanos arreglarlas cara a cara
- Si
no es posible así, recurrir a uno o dos testigos, pero con la firme intención
de aclarar
- En
últimas recurrir a la Iglesia y esperar si hay arrepentimiento. Dar oportunidad
siempre.
- Cualquier
cosa buena o mala que hagamos en la tierra, tiene repercusión en el cielo
- Debemos
ponernos de acuerdo en las cosas que pedimos al Padre, para que Él las responda
- Siempre
que nos congreguemos, tengamos la plena certeza que el Señor está con nosotros.
- Estar
dispuestos a perdonar cuantas veces sea necesario. El perdón no tiene
limitaciones. Es un perdón como el de Dios, que nos perdonó hasta las faltas
más graves echándolas al fondo del mar, echándolas al olvido.
Lo que pasa en la tierra
tiene repercusión en el Cielo
1. La forma sabia de
arreglar las cosas: Uno a uno, con testigos y ante la Iglesia (Vs 15-17)
2. La forma sabia como Dios
nos invita a la reconciliación (Vs 18-19)
3. La forma sabia en que
Dios quiere que le pidamos, unidos y dispuestos a perdonar siempre (Vs 20-22)
Dios nos
recuerda la importancia de ARREGLAR las cosas entre hermanos, dispuestos a
compartir YA MISMO el Evangelio lo cual tiene repercusiones eternas, y la importancia
de PERDONAR, aclarando perfectamente las cosas, sin dejar nada de rencillas en
el corazón, sin darle cabida al enemigo en nuestra iglesia. Es una enseñanza
que viene de un Dios que ESCUCHA el clamor de la gente, sobre todo cuando dos a
más nos ponemos de acuerdo en lo que pedimos y lo hacemos con un corazón limpio
de rencores y de toda clase de pecado.
Realmente me pone a reflexionar ve la importancia tan transcendental que
tiene en la eternidad cada decisión y cada actitud nuestra acá en la tierra.
Nada es insignificante en cuanto a las cosas espirituales. El perdón y la
sinceridad es fundamental en la vida del creyente. Un espíritu no perdonador e
hipócrita, es tremendamente peligroso por sus repercusiones eternas.
Es importante aplicar ya esta enseñanza, arreglando inmediatamente cualquier brote de
pecado, dando los pasos bíblicos y hablando con absoluta CLARIDAD en cada una
de mis pláticas y en cada una de las oportunidades que Dios me dé para
compartir Su Palabra, sin cesar de Orar conjuntamente con mis hermanos, y estando
dispuesto a PERDONAR cualquier cosa que me hayan hecho, pero con un perdón
genuino, pensando únicamente en lo que vale la pena: LAS ALMAS de los hombres.
Por favor, no perdamos
nuestro ENFOQUE…
Fabio