A
causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de
iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de
entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Con la multitud de tus
maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu
santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te
puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
Que aun teniendo una posición de
privilegio y buenas cualidades, de manera voluntaria podemos llegar a realizar
acciones que involucran todo un proceso pecaminoso lleno de maldad que
desagrada a Dios.
El diccionario de la real academia de la
lengua nos define el contrato como un pacto o convenio oral o escrito, entre
partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento
pueden ser compelidas. Para el desarrollo de un contrato se necesitan
básicamente 3 elementos que son
- Consentimiento: Es el elemento volitivo, el querer interno, la voluntad que, manifestada bajo el consentimiento, produce efectos en derecho. La perfección del contrato exige que el consentimiento sea prestado libremente por todas las partes intervinientes.
- Objeto: Los bienes y los servicios.
- Causa: Es el motivo determinante que llevó a las partes a celebrar el contrato.
- Consentimiento: Es el elemento volitivo, el querer interno, la voluntad que, manifestada bajo el consentimiento, produce efectos en derecho. La perfección del contrato exige que el consentimiento sea prestado libremente por todas las partes intervinientes.
- Objeto: Los bienes y los servicios.
- Causa: Es el motivo determinante que llevó a las partes a celebrar el contrato.
Satanás tenía unas características que
lo hacían especial:
1.
Era el sello de la perfección (Ezequiel 28:12a).
2.
Estaba lleno de sabiduría (Ezequiel 28:12b).
3.
Fue acabado de hermosura (Ezequiel 28:12c).
4.
Estuvo en el Edén (Ezequiel 28:13a).
5.
Estaba vestido de manera magnifica (Ezequiel 28:13b).
6.
Fue objeto de alabanza (Ezequiel 28:13c).
7.
Es un querubín (Ezequiel 28:14a).
8.
Estuvo en el santo monte de Dios (Ezequiel 28:14b).
Sin embargo se halló en el maldad
(Ezequiel 28:15) y manifestó esa maldad celebrando contratos llenos
de pecado que iban en contra de la voluntad de nuestro Creador.
Al ser salvos también adquirimos muchas
buenas características entre las que cabe resaltar las siguientes:
1.
Fueron
perdonados nuestro pecados (Colosenses. 2:13).
2.
Somos
hijos de Dios (Juan. 1:11-12).
3.
Tenemos
la vida eterna (Juan. 3:16).
4.
Somos
una nueva creación (II de Corintios. 5:17).
5.
Somos
ciudadanos del reino de los cielos (Filipenses 3:20; I de Pedro. 2:9-10).
6.
Somos
parte del cuerpo de Cristo (1 de Corintios 12:12).
7.
Somos
beneficiarios de múltiples dones (I de Corintios 14:12).
Es por eso que en lo que nos resta en
nuestra vida terrenal no debemos celebrar pactos donde nuestra voluntad contraríe
la de Dios, sobre bienes y servicios de maldad, y por motivos carnales o
mundanales, cabe citar entre otros ejemplos la compra de drogas prohibidas,
contratación de prostitución, afiliación a canales de televisión o de internet
de pornografía, alianzas o convenios que devendrán en resultados adversos para
la obra como nos lo recuerda I de Corintios 10:32 donde el Señor nos advierte que actuaciones
como esas pueden ser de gran tropiezo.
Finalmente quiero recordar el verdadero
pacto en Cristo que debemos tener presente y es el descrito en II de Corintios
3:6 “… el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo
pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu
vivifica”.