“Y amarás al Señor tu Dios von todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal
mandamiento.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos. Marcos 12:30-31
Para la gloria de Dios estuvimos en el VI Campamento de
niños “Soy del Equipo de Dios” a 5
minutos de Piedecuesta, ha sido una de las cosas más maravillosas que Dios nos
ha permitido vivir como maestros de niños, reconociendo a nuestro Señor
Jesucristo como nuestro Maestro, Salvador y Rey de nuestras vidas.
Fue algo hermoso, 22 niños y prácticamente todo el
ministerio, 21 entre maestros y auxiliares, escuchando la palabra de Dios, entrenándonos
para la batalla que se libra por las almas de los hombres y aprendiendo de la
humildad, sencillez e inocencia de los niños que Dios ha puesto al cuidado nuestro
y de esta hermosa Iglesia.
Tuvimos 3 enseñanzas:
1.
Se parte del equipo.
2.
Entrena y juega con todo.
3.
Juega en equipo e invita a otros al equipo.
Ver a unos niños confirmando su salvación a otros con
honestidad contando que no estaban seguros y que les gustaría recibirlo y otros
a los cuales debemos seguir enseñándoles con amor y con nuestras vidas la
palabra de Dios para que tengan una salvación auténtica.
Dios se glorificó en cada “pequeño gran corazón” y en nuestras
vidas, ya que aprendimos muchísimo de estas almas y de su palabra, que actúa
poderosamente en nosotros los creyentes. Saben hay un niño en especial porque
les pedimos el favor tener en sus oraciones, se llama Juan Camilo, este niño
nos recordó el amor con el que debemos tratar a cada pequeño, la batalla
espiritual que libramos y no tener en
poco el potencial que cada niño tiene para llevar el evangelio de Jesucristo a
los lugares donde solo la luz de Cristo puede alumbrar las almas de las
personas.
Gracias a Dios por Jesucristo, por su sangre, por su
misericordia y perdón y por que venció la muerte y ahora nos salvó para llevar
su evangelio para que otros conozcan de su amor, perdón y propósito. Este
retiro fue un paso gigante para conocer la manera que en Dios quiere que lo
amemos a él y al prójimo. CON TODO NUESTRO CORAZÓN, CON TODA NUESTRA ALMA, CON
TODA NUESTRA MENTE Y CON TODAS NUESTRAS FUERZAS Y A LOS DEMÁS COMO A NOSOTROS
MISMOS, “QUE RETO” Y TODO EN SU PODER.
Sigamos orando por estos más que vencedores, por su
salvación, cuidado y protección.
Que esta semana amemos a Dios con todo nuestro ser, y al
prójimo como a nosotros mismos. Abrazos!!
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