Creo la mayorìa conocemos la historia. Balac esta pidiendo a Balaam que le maldiga a la naciòn de Israel. Balac lanza su as bajo la manga tratando de convencer a Balaam, pero este siervo de Dios no se deja convencer ante el enemigo de la siempre Amada Israel.
Una frase que me cautiva y desafìa de boca de Balaam es: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande.
Que determinaciòn y que convencimiento el de Balaam. Que fe tan inquebrantable y que posiciòn tan ejemplar ante lo que Dios mismo ha dicho. Que respeto y que temor por su palabra. Que bueno que como creyentes pensàramos, creyèramos y actuaramos de esta forma. Que la Biblia, La Palabra de Dios, estè por encima de cualquier opiniòn, concepto, tentaciòn, y ofrecimiento que terceros (incluido el mismo diablo) nos lleguen a hacer.
Bien lo dijo el salmista cuando pidiò al Señor en el Salmo 119:33...
Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin.
Nos vemos mañana,
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