En el libro de
Santiago, Dios nos habla de la verdadera sabiduría, la SABIDURÍA que viene de
lo ALTO, la cual se manifiesta en una conducta intachable a través de nuestro
actuar diario.
13¿Quién es sabio y
entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus
obras en sabia mansedumbre.14Pero
si tenéis celos amargos y
contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la
verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto,
sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde
hay celos y contención, allí hay
perturbación y toda obra perversa. 17Pero la sabiduría que es
de lo alto es
primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia
y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que
hacen la paz. - Santiago 3:13-18
Dios nos muestra
con mucha claridad sobre la gravedad de los celos amargos que llevan a la
contención, a la jactancia y a la mentira. Este tipo de comportamiento tan
común entre los humanos no tiene nada que ver con Dios, sino que es proveniente
de lo mundano, lo animal y lo diabólico, por la tanto no debe tener cabida en
la vida de un creyente.
Esos celos
solamente llevan a la agresividad, a la contención, a la perturbación de la paz
y a actitudes netamente perversas. Los celos no deben darse en nuestra vida
cristiana bajo ningún tipo de manifestación.
La verdadera
sabiduría, la que proviene de Dios se ve a través de la pureza, la paz, la
amabilidad, la benignidad, la misericordia y los buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía. Si somos sabios, nuestra vida debe estar rodeada
de PAZ.
Varios PRINCIPIOS
para RECORDAR y VIVIR permanentemente:
- La sabiduría divina debe manifestarse en nosotros a través de las buenas obras
- No debemos jactarnos jamás de los celos
- No debemos dar cabida a la jactancia ni a la mentira como frutos carnales de los celos
- Confiar plenamente en la sabiduría divina.
- Desechar la sabiduría terrenal, animal y diabólica que es la que nos lleva a estados de celos amargos
- Entender que donde hay celos, allí hay perturbación y toda obra perversa.
- Debemos mostrar la verdadera sabiduría, la que proviene de Dios se ve a través de la pureza, la paz, la amabilidad, la benignidad, la misericordia y los buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
- Si somos sabios, nuestra vida debe estar rodeada de PAZ.
La SABIDURÍA de lo ALTO
1. Un buen testimonio es la
mejor señal de SABIDURÍA divina (Vs 13)
2. Los celos son una señal
de la sabiduría terrenal (Vs 14-16)
3. La SABIDURÍA que proviene
de Dios es totalmente DIÁFANA en TODO, se nota a leguas, se refleja en la PAZ
absoluta (Vs 17-18)
Dios nos
recuerda hoy cuál es La SABIDURÍA que proviene de Él, de un Dios SABIO que en
muy cortas palabras nos describe la verdadera sabiduría que Él mismo nos ofrece
y entrega.
Es impactante poder entender que cuando actuamos en el Espíritu, se
revela la la verdadera Sabiduría, la que proviene de Dios,
esta se ve a través de la pureza, la
paz, la amabilidad, la benignidad, la misericordia y los buenos frutos, sin
incertidumbre ni hipocresía. Si somos sabios, nuestra vida debe estar rodeada
de PAZ.
Apliquemos
esta sustanciosa enseñanza, siendo SABIOS en toda nuestra forma de actuar, no
dando cabida a los celos y a la contención en nuestra vida y menos en el
liderazgo; clamando siempre a Dios para que nos llene de Su Conocimiento, de Su
Sabiduría y de Su Inteligencia; manifestando la verdadera sabiduría a través de
la pureza, la paz, la amabilidad, la benignidad, la misericordia y los buenos
frutos.
Ahora,
más que nunca, es cuando necesitamos de esa SABIDURÍA DIVINA.
Fabio
1 comentario:
Gracias Fabito.
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