Llegamos
al final de nuestro devocional basado en libro de Jeremías y el versículo que
queremos revisar esta mañana es el que transcribimos a continuación:
Jeremías 52:24-30
“Tomó también el capitán de la guardia a Seraías el
principal sacerdote, a Sofonías el segundo sacerdote, y tres guardas del atrio.
Y de la ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de guerra, a
siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que estaban en la ciudad, y al
principal secretario de la milicia, que pasaba revista al pueblo de la tierra
para la guerra, y sesenta hombres del pueblo que se hallaron dentro de la
ciudad. Los tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al rey
de Babilonia en Ribla. Y el
rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportada de su tierra.
Este es el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo: En el año séptimo, a tres
mil veintitrés hombres de Judá. En el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó
cautivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. El año veintitrés
de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la guardia llevó cautivas a
setecientas cuarenta y cinco personas de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron cuatro
mil seiscientas.”
No
puede ser más triste la conclusión de este libro y es la cautividad de Judá a
manos de los babilónicos, miles y miles de personas privadas de la libertad por
parte de sus enemigos, separados de la tierra prometida y en adversidad.
Dios
permitió el secuestro y deportación masiva de su pueblo una muestra de justicia
y disciplina de los hombres sobre ellos.
Lamentaciones
1:3 / 5
“Judá ha ido en cautiverio a causa de la
aflicción y de la dura servidumbre;
Ella
habitó entre las naciones, y no halló descanso;
Todos
sus perseguidores la alcanzaron entre las estrechuras.
/
“Sus
enemigos han sido hechos príncipes, sus aborrecedores fueron prosperados,
Porque Jehová la afligió por la multitud de sus
rebeliones;
Sus
hijos fueron en cautividad delante del enemigo.”
Jóvenes,
lo acaecido con Judá es un ejemplo de las graves consecuencias del pecado,
reflexionemos hoy sobre la posibilidad de darle el triunfo a Satanás y al mundo
sobre nosotros. Ya fuimos liberados por la obra redentora de Jesucristo, no
demos cabida a la posibilidad de perder esa nuestra libertad y volver a ser
prisioneros.
I de
Corintios 7:23
“Por precio fuisteis comprados; no os hagáis
esclavos de los hombres.”
Les
quiero hermanos.
. M .
2 comentarios:
: ( : ( : (
Qué triste.
Publicar un comentario