Hoy tal vez me debo
extender un poco más de lo normal, pero vale la pena. Lo que veo como pastor es
que hay muchos hermanos (Incluyéndome) que pasamos por PRUEBAS muy difíciles de
todo tipo (Enfermedades, económicas, falta de trabajo, persecuciones, etc). Y
precisamente en estos días, Dios a través de Santiago y Pedro, pone ante mis
ojos dos pasajes MUY VALIOSOS que me llenan de optimismo y esperanza.
Primeramente
Santiago nos exhorta acerca del poder de la ORACIÓN. Veamos:
13¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre?
Cante alabanzas. 14¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame
a los ancianos de la iglesia, y oren
por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. 15Y la oración de fe salvará al
enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán
perdonados.16Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho. - Santiago 5:13-16
Tenemos la MEJOR e
infalible herramienta para nuestros momentos de dificultad, las pruebas son
permanentes, las aflicciones no faltan, las enfermedades nos acosan, pero
gracias a Dios tenemos acceso a Dios por medio de LA ORACIÓN y tenemos una Iglesia preciosa a la cual podemos
y debemos recurrir para unirnos en oración, es el consejo de Dios.
Es importante
también, que no nos olvidemos de alabar al DIOS de las RESPUESTAS, al Dios de
la misericordia, al Dios que no nos desampara. Ahora, para que esta oración sea
eficaz, siempre que ofenda a alguien, debo reconocerlo de corazón, confesarlo,
arrepentirme y pedir perdón. Debo orar por los demás y por mí para que nuestros
corazones sean sanados.
Esa oración incluye
también la sanidad física. Entender el poder tan grande que tiene la oración
cuando la hacemos en el Nombre de Cristo. Dios está dispuesto a escucharnos y a
perdonarnos siempre y cuando tengamos también esa actitud de saber escuchar y
perdonar. Dios es el único capaz de sanar nuestras mentes, nuestros cuerpos y
nuestros corazones.
TRES COSAS
importantes a recordar en cuanto a la ORACIÓN:
1. Si andamos en AFLICCIÓN o alegría, debemos
ORAR y adorar (Vs 13)
2. Si andamos en ENFERMEDAD debemos ORAR y
confiar (Vs 14-15)
3. Si andamos en RENCILLAS debemos PERDONAR y
ORAR para que la oración sea EFICAZ (Vs 16)
Por otra parte, el apóstol
Pedro complementa esta exhortación, mostrándonos muy claramente nuestro comportamiento en
medio de las PRUEBAS,
entendiendo que vienen de Dios y que son para nuestro bienestar. Debemos aprender a
padecer como Cristianos. Veamos:
12Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña
os aconteciese, 13sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos
de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran
alegría. 14Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois
bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.
Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es
glorificado. 15Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o
ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16pero si
alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. I Pedro 4:12-16
Dios me recuerda
hoy, con mucha claridad, que las pruebas son algo normal en la vida del
creyente, por lo tanto no debo sorprenderme con ellas como si fueran algo
extraño. Y Dios me recuerda que debo gozarme al ser participante de los
padecimientos de Cristo, entendiendo que lo que ÉL sufrió para pagar por mis
pecados no tiene punto de comparación con las leves tribulaciones momentáneas
que padecemos como cristianos.
Si tomo las cosas
de esta manera, viviré feliz, dispuesto a anunciar el Evangelio, sabiendo de
antemano que habrá opositores, pero que podré gozarme en la revelación de su
gloria con gran alegría al ver el fruto de la labor de la siembra que el Señor
me haya permitido hacer.
En pocas palabras,
no puede haber gozo mayor que el saber que soy un siervo de Cristo, que soy uno
de sus embajadores y que mi deber es proclamar el evangelio con la plena
certeza de que estoy haciendo lo que debo hacer, y que tengo que hacerlo con
mucho amor y sabiduría, pase lo que pase, sufra lo que sufra.
Cabe destacar que lo
importante es que mis sufrimientos no provengan de malos comportamientos tales
como homicidios, robos, o de ser malhechores o por entrometernos en lo ajeno.
Si padecemos como cristianos es normal, no debemos avergonzarnos, sino
glorificar a Dios.
Igualmente vale la pena destacar TRES COSAS
importantes a tener en cuenta en cuanto a las PRUEBAS:
1. Las pruebas NO son nada extraño en el
creyente, debo gozarme en ellas (Vs 12-13)
2. Si nos vituperan por el Nombre de Cristo,
considerémonos bienaventurados
(Vs 14)
3. Si padecemos como CRISTIANOS,
debemos glorificar a Dios por ello (Vs 15-16)
Jóvenes, terminando el año, entendamos que tenemos un Dios
Misericordioso y RECONCILIADOR que me invita permanentemente a estar en Oración
en todas las circunstancias difíciles de mi vida, poniéndome a paz y salvo con
ÉL y con las personas a quienes he ofendido, reconociendo mis faltas. Tenemos
un Dios sabio que nos invita a sufrir por la causa de Cristo, a fin de que
valoremos más lo que Cristo padeció, las humillaciones a las que fue sometido y
el gran ejemplo que nos dio al no abrir su boca.
Personalmente me impacta ver la forma tan amorosa en que Dios nos invita
a recurrir a ÉL, reconociendo nuestras faltas, a orar y a sanar heridas, así
como la lección de vida que Dios me está
dando y que está 100% plasmada en Su Palabra, sin que falte ninguna de sus
Palabras.
Tomémonos
un buen tiempo en este fin de año para meditar y APLICAR esta enseñanza,
recurriendo siempre al PODER de Dios a través de la oración y reconociendo
siempre mis faltas, dejando de buscar disculpas y sabiendo pedir perdón
habiendo orado previamente a fin de que se sane completamente cualquier herida,
igualmente, soportando con gozo y pacientemente las pruebas por las que
pasamos, sin perder por un instante la esperanza que tenemos en la gloriosa
venida de nuestro Amado Señor. Pensar que ya no son muchos años los que faltan
y que el descanso que tendremos será por una eternidad. Entendiendo que lo
importante es que no sufra por mis malos comportamientos, sino por el hecho de
ser testigo presencial de Cristo. No avergonzándome de llamarme y SER
CRISTIANO.
Es muy fácil llamarse
“Cristiano”… Pero es muy difícil “SER CRISTIANO”
Te esperamos Hoy en
la SANTA CENA, mañana en la CENA NAVIDEÑA y el domingo en nuestra CELEBRACIÓN
NAVIDEÑA, entendiendo el verdadero significado de la NAVIDAD.
Fabio
1 comentario:
Muchas gracias Fabito :)
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