Esta mañana pasando en mi lectura por Hechos 3 leía el
milagro donde un cojo de nacimiento que pedía
limosna, fue sanado de forma milagrosa
por el Señor utilizando a sus siervos Pedro y Juan como instrumentos para
recordar a los que se encontraban en el lugar y aún al mismo hombre sanado que
era una obra de Dios, el mismo que levantó de la tumba a Jesucristo.
Pensaba al leer la historia en Carlos, un hombre que nos
visitó este domingo en el servicio de la iglesia, Carlos cuida carros en el
parqueadero de una cancha sintética de nuestra ciudad y como bien nos lo dijo
el mismo cuando se paró al presentarse delante de toda la iglesia y luego al
compartirlo con quienes le estuvimos evangelizando: hace más de 10 años que
consume drogas, perdió a su familia, su hogar y su vida, pues ahora vive en la
calle, consumiendo drogas casi todo el día, deseando algunas veces morir,
dolido por todo el daño que ha causado a su familia.
Este hombre llegó a la
iglesia como resultado de la oración de una mujer que dolida por su historia y
con el amor del Señor decide hablarle, invitarle y recogerle para llevarle a la
iglesia.
Al terminar el servicio me acerqué a este hombre para
compartirle el evangelio, y los que allí estuvimos, pudimos ver cuán grande es
el Señor pues este hombre escuchó el llamado del Señor y entregó su corazón a
Jesús.
Después que este hombre confesó al Señor como su salvador, se mete la mano en su saco y saca una "pipa" artesanal que me la entrega como una muestra de dejar completamente ese horrible vicio.
Ayer pude visitar a Carlos en su lugar de trabajo, me dio un fuerte abrazo y recibí dos noticias de su boca: una mala y una buena, la mala es que después de dos días de abstinencia volvió a recaer, la buena noticia no me la contó el sino que la pude deducir al verle su rostro y con sus palabras escucharle lo mal que se sentía con Dios por haberle fallado, con lágrimas y aún contándole a los de su alrededor volvió a prometerle a Dios que no lo volvería a hacer..
Después de escucharle, pude mostrarle la biblia y contarle sobre el perdón de Dios, su gracia, su paciencia y como nos vuelve a levantar. estuvimos leyendo como debemos pelear en sus fuerzas tomando el arma de la oración y el alimento de la Biblia. fue un buen tiempo.
Espero poder visitarlo cada día o día por medio para
compartirle la Biblia, tenemos una cita para el próximo servicio y aprovecho el
medio para pedirles que oren por Carlos, para que se aferre al Señor, para que
su profesión de Fe sea autentica y para que se convierta como el mismo lo desea
en un instrumento que pueda ayudar a muchos que están sumidos en este oscuro y
cruel mundo de la drogadicción.
Les mando un abrazo
diegorc
2 comentarios:
Gracias Dieguito.
Desde luego Carlos estará en nuestras oraciones. Que buen ejemplo de pelear la buena batalla de la fe. Los amamos y ánimo pastoreando a los Cucuteños.
Javi!
Dieguito...
Gracias por el ejemplo, oraremos por Carlos y que Ds se glorifique en todo.
Abrazos,
Fabio
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