Dios ha escrito Su
Palabra de una manera MUY CLARA y mus sencilla y precisa. Nosotros la estamos
conociendo y es nuestro deber ESPARCIRLA
por toda la tierra a través de la predicación del Evangelio y por medio
del discipulado.
10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la
nieve, y no vuelve allá, sino
que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que
siembra, y pan al que come, 11así
será mi
palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo
quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. 12Porque con alegría saldréis, y
con paz seréis vueltos; los
montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo
darán palmadas de aplauso. 13En
lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será
a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída. - Isaías 55:10-13
Dios se encargará
del resto, Dios se encargará de hacerla germinar y producir para que dé FRUTO
en abundancia. Su palabra tiene el mismo gran beneficio que el de la lluvia y
la nieve, viene, riega, limpia y produce. La Palabra del Señor regada en los
corazones de los hombres tiene un EFECTO increíble, llegará a cada
persona, hará su trabajo de limpieza, de sabiduría, de entendimiento y se
multiplicará grandemente para dar FRUTO en abundancia. Cualquier oportunidad
que Dios nos dé para sembrar, no debemos desaprovecharla, debemos hacerlo
esperando y pidiendo para que Dios haga el resto, haciendo germinar esas
semillas para que den fruto en abundancia. Solamente sembrando eficazmente la
semilla, es decir con alegría, con sinceridad, con paz, se verán los
resultados por los montes, collados, ciudades y países. Solamente trabajando
fiel y honestamente, veremos hombres transformados, elevando su ALABAZA al Dios
del cielo, destruyendo la maleza y dando árboles de gran hermosura, hombres
reflejando la luz de Cristo, árboles que darán fruto durante toda su vida para
la Gloria de Dios. Solamente así, la Obra PERMANECERÁ. La mediocridad no
tiene cabida en el Cristianismo.
Varias cosas bien interesantes para recordar:
- Sembrar
pacientemente la Palabra y esperar la cosecha
- Confiar en la
promesa de Dios de que su Palabra no vuelve vacía
- Hacer honestamente
nuestro trabajo de HABLAR y poner en manos de Dios el resto.
- Entender que el
Señor solo espera que hagamos nuestra parte, para ÉL hacer la suya.
- No avergonzarnos
nunca ni ante nadie, hablar siempre que Dios lo permita.
- El mundo muere de
sed y está lleno de maleza, hay que limpiarlo
- Plantar muy bien
la buena semilla para destruir la maleza y dar buenas cosechas
Veamos claramente en dos puntos El EFECTO de
la Palabra de Dios
1. La Palabra de Dios es la semilla que viene
del cielo para transformar vidas (Vs 10-11)
2. Si sembramos los campos con esa semilla los
frutos serán frescos, abundantes y de gran bendición (Vs 12-13)
Dios nos
recuerda El EFECTO tan grande y sorprendente de la Palabra de Dios sembrada
sabiamente. Él es un Dios dispuesto a hacer GERMINAR la Palabra después de que
nosotros la hayamos sembrado y que para ÉL cualquier campo por difícil que sea,
Él será capaz de volverlo productivo a través de Su Palabra.
Dios me sacude
recordándome que mi deber es ir, sembrar y volver con gozo, disfrutando de
todas las maravillas que Dios va haciendo a través del CRECIMIENTO de esos
árboles que plantemos en cada lugar. Que alegría volver cada día y ver esos
árboles rebosando de FRUTO.
Hay que aplicarlo yendo a donde Dios nos mande a sembrar Su Palabra con
humildad, en total obediencia a Dios y a nuestros pastores, haciendo la Obra
paciente y sabiamente, con mucha oración y disfrutando de los frutos que el
Señor nos vaya dando, cuidándolos amorosamente.
Fabio