Continuando
con el avance en el libro de Jeremías, llegamos al siguiente versículo.
Jeremías 9:7
“Por
tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré; porque ¿qué más he de hacer por la hija
de mi pueblo?”
Como
hijos, seremos sometidos a pruebas por parte de nuestro padre celestial como muestra
de amor. Dios nos compara con el material más valioso de la humanidad, el oro, y
confirma la necesidad de purificación en nuestra vida, así como pasa con este
elemento para librarlo de la escoria, un cuadro del proceso que debemos seguir
para erradicar el pecado de nuestras vidas.
Miremos
en algunos apartes en la Biblia acerca de este proceso.
Zacarías 13:9
“Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los
fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El
invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi
Dios.”
Malaquías 3:2-3
“¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o
quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego
purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar
la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y
como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.”
Isaías 1:25
“y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta
lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza.”
Jóvenes,
vivamos las pruebas de Dios entendiendo que ellas buscan nuestra purificación y
perfección, acomodándonos a la imagen de nuestro Salvador Jesús.
Un saludo
afectuoso a cada uno de ustedes.
MAC
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