Hemos recibido toda
la Gracia de Dios, ¡Que privilegio!, somos salvos por GRACIA, porque a Dios así
le plació hacerlo, ahora, como buenos administradores de esa gracia, debemos
seguir las pisadas de Aquel que nos amó y entregó su vida por nosotros, quiero
que hoy analicemos lo que nos enseña el apóstol Pedro sobre el tema:
1Puesto que Cristo ha
padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo
pensamiento; pues quien ha padecido en la carne,
terminó con el pecado, 2para no vivir el tiempo que resta en la
carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la
voluntad de Dios. 3Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que
agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces,
orgías, disipación y abominables idolatrías. 4A éstos les parece
cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de
disolución, y os ultrajan; 5pero ellos darán cuenta al que está
preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 6Porque por esto
también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en
carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios. 7Mas el
fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
8Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá
multitud de pecados. 9Hospedaos
los unos a los otros sin murmuraciones. 10Cada uno según el don que ha recibido,
minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de
Dios. 11Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si
alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea
Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por
los siglos de los siglos. Amén. - I
Pedro 4:1-11
El apóstol Pedro
nos recuerda que debemos armarnos de sus pensamientos, de su ejemplo, de sus
virtudes, de sus hábitos y terminar con esa vida de pecado que habita en
nosotros y dejar ya mismo atrás todo indicio de concupiscencia, luchando a
brazo partido, en intima oración y comunión con Dios contra aquellas cosas que estorban
nuestra íntima relación con Dios y que afectan nuestro testimonio ante el
mundo.
Es necesario dejar
ya mismo las lascivias (Deleites carnales), las concupiscencias (Deseo de
bienes terrenales), las embriagueces, las orgías, la disipación (Malgastar las
cosas-Regalos de navidad inútiles) y las abominables idolatrías. Todas estas
cosas ya deben pertenecer al pasado, el mundo debe darse cuenta de que ya no
andamos en ellas, y seguramente nos ultrajarán por ello y si así lo hacen,
dejémoslo en manos de Dios, es a ÉL a quien han de rendir cuenta por sus actos.
Nuestro deber con
ellos es predicarles el Evangelio con toda claridad, y dejar que sea Dios a
través del Espíritu Santo el que actúe en ellos. Dios a través de Pedro nos
sigue hablando de la importancia de vivir santamente, siendo buenos
administradores de la Gracia que Dios nos ha dado. Él nos advierte acerca de la
cercanía de los tiempos del fin y nos invita a ser sobrios y a velar en
oración, pero ENFATIZA en este pasaje sobre la importancia del AMOR,
diciéndonos que ante todo debemos tener entre nosotros FERVIENTE AMOR y nos
muestra que es el AMOR el que cubrirá multitud de pecados.
Es importante
entender que sólo amando al prójimo estaremos dispuestos a llevar el EVANGELIO
a toda criatura, cumpliendo la Gran Comisión y dejando así que Dios obre en los
corazones de MUCHA gente permitiendo que germine la palabra que Dios nos
permita plantar.
Es necesario sentir
DOLOR por las almas de los hombres. Nuestros comportamientos deben cambiar YA
mismo en muchos aspectos, en el hospedarnos unos a otros sin murmurar nada, en
ministrar sabiamente esos dones que Dios nos ha dado, en hablar conforme a las
palabras de Dios, en ministrar conforme al poder que Dios nos da, a fin de que
en TODO, en TODO, Dios sea glorificado por Jesucristo a quien pertenece la
gloria y el imperio por la eternidad.
Entendamos que
tenemos un Dios OMNIPRESENTE para
quien 1000 años son como un día y que solo ÉL conoce cuándo vendrá, pero nos
advierte que es YA muy pronto y nos invita a ser sobrios y velar en oración,
amando las almas de los hombres y contándoles de Cristo.
Es impresionante ver la forma como Dios nos advierte acerca de los
tiempos del Fin y las tres cosas que hay que hacer: Sobriedad, SANTIDAD,
Oración y AMOR por las almas, testimonio intachable, servicio eficaz, buscando
siempre GLORIFICARLO a ÉL.
Ojalá vivamos esta enseñanza cumpliendo con la
obligación de predicar el Evangelio, cada vez con más claridad, a fin de que
Dios quite el velo de aquellos que han de ser salvos. Pero para eso, debo
despojarnos de TODO peso de pecado y VESTIRNOS de todas la VIRTUDES y HABITOS
de Jesús a fin de que nuestras vidas sean un reflejo de la LUZ DE CRISTO, teniendo
siempre en mente que todo lo que hagamos debe ser fruto de la Palabra de Dios obrando
en nuestras vidas como resultado de una buena oración y con el único anhelo de
GLORIFICARLO a ÉL.
¿Ya estás orando por tus invitados a la cena del 19 de
Diciembre?
Fabio
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