Nadie lo puede
negar, nos pasa a casi todos, a veces nos llenamos de temores por el futuro de
nuestra salud, de nuestras finanzas, de nuestro hogar, de nuestra Iglesia, y se
nos olvida con facilidad quién es nuestro Padre y nuestro Protector. Entendamos
que de Dios tenemos la MEJOR AYUDA en todo momento, recurramos a ÉL. Oigamos la
ternura con que nos habla nuestro amoroso Padre:
10No
temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre
te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia. 11He aquí que todos los que se enojan contra ti serán
avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12Buscarás
a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como
nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y
te dice: No
temas, yo te ayudo. 14No
temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.
15He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo,
lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a
tamo. 16Los aventarás, y los llevará el viento, y los
esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo
de Israel. -
Isaías 41:10-16
Debemos estar
alertas, el enemigo desgraciadamente no descansa y siempre está buscando la
forma de debilitarnos, de dividirnos, de atormentarnos, pero gracias a DIOS, lo
tenemos a ÉL quien siempre nos da voces de ALIENTO a través de Su Palabra,
diciéndonos que NO temamos, porque ÉL está con nosotros.
Nuestro Padre nos
invita a NO desmayar porque es ÉL quien nos dará nuevas fuerzas, sabiduría,
paz, integridad. ÉL siempre nos ofrece su AYUDA incondicional y está ahí,
dispuesto a sustentarnos con su preciosa mano que es JUSTA y que nunca se
equivoca de rumbo.
Nuestro deber como
creyentes, y sobre todo como parte del equipo de Colombia Para Cristo es
entregarle a ÉL todas nuestras cargas, jamás actuar a la ligera, esperar a que sea ÉL quien guie nuestros
pasos y nos de la paz necesaria para hablar y actuar.
Jamás debemos
enojarnos con Dios, ÉL no tiene la culpa de nuestros errores, nosotros, y
solamente nosotros, somos los culpable de todo lo malo que nos pueda pasar,
debido a nuestro pecado y a nuestra irresponsabilidad. Nada vamos a lograr
enojándonos con nuestro Dios, solamente nuestra destrucción. Dios nos promete
la victoria para que siempre lo glorifiquemos con nuestras vidas.
Este es un pasaje
repleto de PRECIOSAS ENSEÑANZAS que no alientan para no desmayar:
- No temer ante ninguna circunstancia, entendiendo que Dios está conmigo
- No desmayar, tengo a mi lado a mi Padre que me da nuevas fuerzas
- Confiar en la promesa de Dios de que SIEMPRE me ayudará
- Esperar en la promesa de Dios de que ÉL me sustentará con la diestra de Su Justicia
- Descargar en las manos de Dios todos mis problemas, angustias y temores y esperar CONFIADAMENTE en ÉL
- Jamás pensar en enojarme con Dios
- Reconocer mis faltas, aceptarlas y arrepentirme
- Confiar plenamente en la victoria que viene de Dios.
De Dios tenemos la MEJOR AYUDA en todo momento
1. La ayuda que Dios ofrece
es para SIEMPRE (Vs 10)
2. Él se encargará de los
que contienden contra nosotros (Vs 11-12)
3. De la mano de Dios
tendremos VICTORIA tras victoria (Vs 13-16)
Podemos ver que
de Dios debemos esperar siempre LO MEJOR en todo momento. No debemos atemorizarnos
ni aún en las circunstancias más difíciles y nunca pensar en que Dios es el
culpable de ellas.
Esperamos en un Dios que no miente y quien a pesar de nuestra mediocridad no nos abandonará, Dios siempre
estará ahí, su AMOR nunca cambia, y siempre está esperando para tendernos su
mano. Simplemente debemos santificarnos y acudir a ÉL en cualquier
circunstancia, por elemental que sea.
Dios me impacta con cada enseñanza y hoy me impacta ver que nada sacamos
con enojarnos con Él, que debemos entender que ÉL ES DIOS, y que NO se equivoca
y en ÉL debemos depositar toda nuestra confianza
Vamos jovencitos, apliquémoslo purificándonos, abandonando nuestra vida de pecado,
guardando y haciendo sus mandamientos, a fin de que nuestras vidas sea un
Reflejo de la Luz de Cristo y así poder esperar que todo nos salga bien. No nos
angustiemos por las cosas difíciles que nos pasan, no nos desesperemos, sino
entreguemos cada situación en sus manos y esperemos en ÉL.
Fabio
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