Adentrándonos
en el libro de Jeremías llegamos a este triste versículo.
Jeremías 18:18
“Y
dijeron: Venid y maquinemos contra
Jeremías; porque la ley no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni
la palabra al profeta. Venid e hirámoslo
de lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras.”
Vemos los
ataques por parte del pueblo de Dios al sacerdocio, una realidad que se vivió en
el Antiguo Testamento contra los líderes espirituales de Israel y que se viven
hoy al interior de la Iglesia. Dios tiene instituidos a sus colaboradores en la
tierra y la Biblia nos narra la posibilidad que el pueblo o congregación se unan
para levantarse en contra de ellos.
En el
caso de Jeremías, un sacerdote bueno apegado a la Palabra de Dios, y un acto de
rebeldía injusto en su contra que debe recordarnos nuestra humildad y sometimiento
al liderazgo, un pasaje para meditar sobre abstenernos de herir a quienes nos
pastorean y lideran.
No actuemos
como las personas que describen los siguientes pasajes.
Proverbios
6:14
“Perversidades
hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.”
Proverbios
16:10
“Cierra
sus ojos para pensar perversidades;
Mueve sus labios, efectúa el mal.”
Isaías
32:7
“Las
armas del tramposo son malas; trama
intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre.”
Ezequiel
11:2
“Y me
dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres
que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;”
Jóvenes,
rodeemos a nuestros pastores y líderes de amor y apoyémosles, demos gracias a
Dios por tener una iglesia de sana doctrina y nunca maquinemos el mal contra
ellos.
Nos
vemos esta tarde en la reunión.
MAC
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