Dios quiere y desea que
mi confianza esté en él, que clame a él, hacia él miren mis ojos y él me será
propicio si hago conforme a su voluntad. Pero en ocasiones decaemos y sentimos que no podemos más, y es necesario que recordemos que ha hecho Dios, sus grandes obras en nuestras vidas y hoy vamos a meditar en esto.
Salmo 143: 5-6 “Me acordé de los días antiguos;
meditaba en todas tus obras; reflexionaba en las obras de tus manos.
Extendí mis manos a ti, mi alma a ti como la tierra
sedienta.”
Las obras de Dios y lo
que él ha hecho me debe llevar a confiar más en él, confiar en su palabra y
entender que él está conmigo, su palabra es verdad y cumple lo que promete. Sus
grandes obras me llevan a entender su grandeza, que es poderoso, a reflexionar
que estoy en manos del Dios Todopoderoso y que él tiene el control en todas las
cosas, recordar sus victorias también me deben alentar y cambiar mi actitud
ante muchas circunstancias de la vida, lo que estamos pasando en estos momentos sea lo que sea.
Solo en él podemos vivir en victoria.
(8, 10) “Hazme oír por la mañana tu misericordia,
porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he
elevado mi alma.
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi
Dios; tu buen espíritu me guié a tierra de
rectitud.”
Hoy y constantemente debe ser nuestra oración, que nuestro Señor nos enseñe a hacer su voluntad, que nos guié a esa rectitud, a esa
santidad que Dios quiere de nosotros, que nos haga saber el camino por donde andemos. Nos sentimos tan desorientados cuando no estamos pendiente de escucharlo, de pedir su
guía, su sabiduría.
En él debemos confiar y a él clamar constantemente
no a pedacitos, o cuando estamos pasando dificultades sino que sea una constante, que nos haga entender que debemos depender totalmente de él porque somos sus siervos, sus hijos y en solo en él debe estar mi refugio.
Salmo 144: 1-3 “Bendito sea Jehová, mi roca, quien
adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra; misericordia
mía y mi castillo, fortaleza mía y mi
libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que sujeta a mi pueblo debajo
de mí.
Oh Jehová, ¿qué es el hombre para que en el pienses,
o el hijo de hombre, para que lo estimes?
Ese eres tu mi Señor y
es lo que quieres hacer en nuestra vida para que hagamos tu voluntad y nos refugiemos en
ti, te busquemos, te sirvamos, en ti está escondida nuestra vida.
Gracias mi Señor porque
me das palabras de aliento con este pasaje y gracias porque solo tú me puedes
enseñar a hacer tu voluntad, dirigir mi vida hacia donde tú quieres. Gracias porque podemos meditar y reflexionar en tus grandes obras y entender que tu siempre y en todas las cosas tienes el control.
Un abrazo.
Jorge L.
Gracias =)
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