Esta
mañana pasando por Génesis 1, y meditando en el mensaje que recibimos el
domingo como congregación, Dios confirmaba en mi corazón (daba ese clic divino),
como el ser humano no tiene excusa alguna para negar a Su Creador.
Dice
Romanos 1:18-23 – “Porque
la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de
los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19porque
lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque
las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a
Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su
necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles.”
Mira
en tu Biblia Génesis 1. Léelo detenidamente. Medita en cada uno de sus
versículos y dime si el hombre, un ser creado; ¿tiene excusa alguna para no
glorificar a Dios ni darle gracias, envaneciéndose en sus propios razonamientos
y llegando a ese punto en que su necio corazón es entenebrecido?
Un
sobre vuelo sin entrar a los detalles. Te animo a ti a hacerlo. El primer
capítulo de La Biblia nos enseña claramente como Dios CREÓ los cielos y
la tierra. La Luz separándola de las tinieblas. Como dio nombre a la expansión
que estaba sobre las aguas (Cielos) y debajo de ellas (Tierra). Como creó la hierba
verde para que diera semilla, y árbol de cada fruto según su género. Creó el
sol la luna y las estrellas. Los grandes monstruos marinos y todo ser viviente
que se mueve, y toda ave alada. Animales según su género y finalmente a nosotros, al hombre
según su imagen. Hombres y mujeres fuimos creados por el Creador.
Termina
Génesis 1 diciendo que Dios vio todo lo que había hecho y he aquí que era bueno
en gran manera. La Creación habla de Su Creador.
Porque
las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas, de modo que no tienen excusa.
El sol esclareciendo el día en la mañana, el
sol ocultándose en la tarde para dar llegada a la noche, las estrellas y los
planetas dándose a conocer en el firmamento anunciando la obra de SUS manos,
las plantas dando su fruto según su especie (Mangos, mandarinas, naranjas,
uvas, fresas, peras, tantas otras más) los animales (elefantes, tigres,
ballenas, águilas, otros tantos más) y tú y yo. Somos parte de la perfecta
creación de Dios.
¿Como llegar siquiera a pensar que provenimos
de una gran explosión? ¿Cómo suponer que fuimos originados por generación
espontánea? ¿Cómo creer que venimos del mono? (que por cierto es parte de una
de las especies creadas por EL CREADOR). ¿Por qué seguir buscando fórmulas
matemáticas que expliquen la creación de todas las cosas?
Génesis 1:1 acaba con todas estas preguntas. En
el principio, CREÓ DIOS los cielos y
la tierra.
Un abrazo y nos vemos mañana,
Gracias por recordárnoslo
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