Jeremías 42:19-22
“42:19
Jehová habló sobre vosotros, oh remanente de Judá: No vayáis a Egipto; sabed
ciertamente que os lo aviso hoy.
42:20 ¿Por qué hicisteis errar vuestras almas? Pues vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, y haznos saber todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, y lo haremos.
42:21 Y os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros.
42:22 Ahora, pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para morar allí.”
42:20 ¿Por qué hicisteis errar vuestras almas? Pues vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, y haznos saber todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, y lo haremos.
42:21 Y os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros.
42:22 Ahora, pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para morar allí.”
En este
capítulo vemos al pueblo de Dios pidiéndole a Jeremías orar por ellos para
tener la guía de Dios y hacer supuestamente lo que Dios les pida hacer. Digo supuestamente
por que desafortunadamente hicieron todo lo contrario y las consecuencias de
esto son la justicia de Dios, la disciplina.
Esto
puede pasar, estar pasando o haber pasado en nuestra vida. Momentos en los que
pedimos la guía y dirección de Dios esperando una respuesta para una situación,
problema o circunstancia por la que estemos pasando o decisión que debamos
tomar.
Dios
se encarga de respondernos, pero tristemente, tal vez no es la respuesta que estábamos
esperando y decidimos que Dios podría no tener razón, que nosotros ya lo pensamos bien y llevarle la contraria será
lo mejor para nosotros. El resultado, desviarte del plan de Dios, el orgullo
por no reconocer que fallaste o una disciplina tan fuerte por parte de nuestro
padre que finalmente nos perfeccionara, pero que dolerá.
Qué bueno
sería que el confirmara eso que hay en tu corazón pero si sientes que la
respuesta es todo lo contrario, ten el carácter para decir SI SEÑOR y obedecer.
Lindo
día.
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