“Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud”. Mateo 14:19.
En esta oportunidad los discípulos están con Jesús en lugar desierto y apartado de la ciudad de Betsaida y aproximadamente una multitud de 5000 hombres sin contar a las mujeres y los niños los están siguiendo para ser sanados y escuchar a Jesús.
Luego entrada la noche los discípulos le dicen a Jesús que los despida para que busquen alimento y “Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer” (Mateo 14:16).
Esta porción me retaba a lo que quiere Dios de nosotros como Hijos suyos, que alimentemos a los que lo necesiten. En ese momento los discípulos están cansados y no han comido (Lucas 6:31) y el Señor les dice que les sirvan ellos mismos, a pesar de su cansancio y hambre los anima a alimentar a una multitud enorme casi 416 personas por discípulo si se divide proporcionalmente por cada uno de ellos.
Me impactó la forma en que lo hace:
* Debe haber calma, paz, quietud, orden para que el milagro se de, los recuesta sobre la hierba y esto me hacía pensar en que debemos estar en paz con Dios antes de que el obre de forma grande en nuestras vidas, debemos confesarle nuestros pecados.
* Lo poco que había lo llevaron a Jesús y él lo que hizo fue mirar a Dios, así debería suceder con nosotros, lo mucho o poco (dones, talentos, habilidades, recursos) que tenemos debemos ponerlo delante de él, dedicárselo y pedirle que lo bendiga.
*Luego Jesús le dio los panes a los discípulos y los discípulos a la multitud, y esto me enseñaba que no podemos dar nada de lo que no estamos recibiendo, debemos permanecer en la palabra para poder alimentar así a otros con el alimento que Jesús nos da.
Este es un llamado al servicio a pesar del cansancio, las limitaciones de dinero (ya que el que tenían no alcanzaba para tanto pan) o recursos, a confiar en que Dios de lo poco hace mucho y a servir no solo a uno, sino a cientos, a personas tal vez groseras, malgeniadas, con antecedentes, personas difíciles, pero esa tarde Jesús les enseño que lo fácil es dejarlos ir y que es mucho mejor alimentarlos nosotros. A alimentar en el desierto y recibir de ese alimento en el desierto.
JESÚS LES DIJO: NO TIENEN NECESIDAD DE IRSE; DADLES VOSOTROS DE COMER.
Abrazos, buena semana para todos.
Muy desafiante!! Que en el cansancio recibamos la fuerza que solo puede provenir de Dios para servirle!! ani rey de rojas
ResponderEliminarA veces el cansancio nos agobia y escojemos la salida fácil.....Huir , pero es mas gratificante tomar fuerzas en el Señor y continuar llenos de fortaleza.
ResponderEliminarJakelin-Arauca