Gracias
por acompañarme en este recorrido por la Palabra de Dios, vamos a entrar en
este hermoso pasaje que nos habla sobre los años dorados del creyente y su
relación con la gran comisión.
SALMOS 92:12-15
“El justo florecerá como la palmera;
Crecerá
como cedro en el Líbano.
92:13
Plantados en la casa de Jehová,
En los
atrios de nuestro Dios florecerán.
92:14 Aun en la vejez fructificarán;
Estarán vigorosos y verdes,
92:15
Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto,
Y que
en él no hay injusticia.”
Desde la
creación de la tierra Dios dio extrema importancia a los árboles y antes de
consumarse el pecado original encargo a Adán el cuidado del paraíso que estaba
lleno de este tipo de plantas.
Génesis
2:9 / 15
“Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo
árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y
el árbol de la ciencia del bien y del
mal.”
/
“Tomó,
pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase.”
LA COMPARACIÓN QUE DIOS HACE DEL HOMBRE CON LOS
ÁRBOLES
Dios en
su didáctica forma de escribir asemeja a los creyentes con árboles.
Números
24:6
“Como
arroyos están extendidas,
Como
huertos junto al río,
Como áloes plantados por Jehová,
Como cedros junto a las aguas.”
Salmos
1:3
“Será como árbol plantado junto a corrientes
de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.”
Salmos
52:8
“Pero
yo estoy como olivo verde en la casa de
Dios;
En la
misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.”
Jeremías
17:8
“Porque
será como el árbol plantado junto a las
aguas, que junto a la corriente
echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de
sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”
Oseas
14:5-6
“Yo
seré a Israel como rocío; él florecerá como
lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano. Se extenderán sus ramas, y
será su gloria como la del olivo, y perfumará
como el Líbano.”
ÁRBOLES QUE LLEVAN FRUTO PARA USO NOBLE
Para
que como árboles nos desarrollemos y demos fruto fue necesario que la buena
semilla del Evangelio de Jesucristo fuera sembrada en nuestros corazones.
Mateo
13:8
“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál
a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.”
Esa
semilla producirá creyentes que se reproducirán constantemente.
Ezequiel
47:12
“Y junto
al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá
toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A
su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para
comer, y su hoja para medicina.”
ÁRBOLES QUE NO LLEVAN FRUTO DESTINADOS PARA OTROS
USOS
Por el
contrario, aquellos creyentes que no crezcan, se desarrollen y den buen fruto
será cortados y utilizados de otras maneras menos honrosas.
Mateo
7:19-20
“Todo árbol
que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus
frutos los conoceréis.”
Deuteronomio
20:19-20
“Cuando
sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no
destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y
no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en
el sitio. Mas el árbol que sepas que no
lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la
ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.”
LLEVANDO FRUTO HASTA EL FINAL DE NUESTRAS VIDAS
Dios promete
que esa reproducción espiritual se va a dar hasta el final de nuestras vidas y
que la edad no es ningún obstáculo para llevarla a cabo y el paso del tiempo no
afectará el cumplimiento de la Gran Comisión.
Veamos
algunos ejemplos de creyentes que conservaron su fuerza de la mano de Dios
hasta el final de sus días.
Moisés
Deuteronomio
34:7
“Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.”
Caleb
Josué
14:6 / 10-11
“Y los
hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo
a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.”
/
“Ahora
bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años,
desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba
por el desierto; y ahora, he aquí, hoy
soy de edad de ochenta y cinco años. Todavía
estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces,
tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.”
Ana
Lucas
2:36-37
“Estaba
también allí Ana, profetisa, hija de
Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy
avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y
era viuda hacía ochenta y cuatro años; y
no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.”
Jóvenes,
la buena semilla del Evangelio de Jesucristo fue sembrada en la buena tierra de
nuestros corazones el día que hicimos nuestra profesión de fe, hemos venido
creciendo y desarrollándonos desde entonces, pidámosle al Señor por nuestra
madurez, reproduzcámonos espiritualmente y llevemos fruto hasta el final de
nuestros días.
Un
saludo muy especial a las mamás de todos nosotros, nos vemos esta tarde.
MAC