Jóvenes, esta parte de la Palabra de Dios que
abarca dos capítulos se titula Job se queja contra Dios, en el comienzo de esta
porción de la Biblia él expresa las frases siguientes.
Job 16:4-5
“También yo podría hablar como vosotros,
Si vuestra alma estuviera en lugar de la mía;
Yo podría hilvanar contra vosotros palabras,
Y sobre vosotros mover mi cabeza.
Pero yo os alentaría con mis
palabras,
Y la consolación de mis labios
apaciguaría vuestro dolor.”
En medio de su oratoria ante Dios hace una
pausa y se dirige a sus tres amigos Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar
naamatita, de una manera muy sincera y honesta les habla sobre la importancia
de infundir aliento y aliviar la pena o aflicción del desvalido.
Hace siete semanas hablamos del consuelo de los
amigos y esta entrada se relaciona con ello; Job no halló el soporte requerido
y las palabras que esperaba de apoyo en medio de su tribulación fueron afrentas
fuertes que alimentaron su dolor como se estableció durante los primeros quince
capítulos de este libro.
Dios mismo habla del poder de las palabras para dar
aliento
I de Tesalonicenses 4:18
“Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”
En este caso sobre la esperanza del
arrebatamiento y la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Las palabras tienen
la capacidad de aliviar nuestra carga sea cual sea.
Dios es un como un caballero que responde palabras
de consolación
Zacarías
1:13
“Y Jehová respondió buenas palabras, palabras
consoladoras, al ángel que hablaba conmigo.”
En un
asunto de alta envergadura conversando con un ser espiritual, que acabada de
recorrer toda la tierra, sobre el destino de Israel. Su palabra escrita es la
mejor demostración y de ella el Evangelio la más consoladora de todas.
Los primeros cristianos dándonos ejemplo
Hechos
15:32
“Y Judas
y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron
y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.”
Mostrando
que las palabras de consuelo se pueden dar en gran cantidad. Hombres de Dios
que definieron el patrón de conducta y que en medio de persecuciones
alivianaron el dolor de otros en comunión fraterna.
Jóvenes, nuestros
amigos sean del mundo o hermanos en la fe, en medio de las pruebas, esperarán
que nos prounciemos respecto de sus problemas, esta en nuestras manos actuar
como consoladores y apaciguar el dolor o avivar el sufrimiento.
Un abrazo
desde Cúcuta, la ciudad que me vio crecer hace ya un montón.
MAC